jueves, 4 de enero de 2007

Mouvement Introductif (y II)

A veces resulta cuando menos curioso el hecho de preguntarse los porqués de las cosas. Si bien ayer decía que la idea de hacer el blog era porque sí, también apuntaba ciertos acontecimientos que yo creo que me han podido llevar a ello. Acontecimientos que no tienen nada que ver con llevar este blog. Acontecimientos que se podrían tachar de incorrelados. Acontecimientos de los que, por el momento, no es necesario hablar. Pero acontecimientos que te pueden empujar a ello. Como cuando no estás decidido a hacer algo, pero ves u oyes otra cosa que te impulsa a hacerlo, aunque no tenga nada que ver con lo que acabas de escuchar u oír. O, simplemente, cuando piensas que si haces una cosa por si acaso al hacerla quizá alguien te recompense por hacerla, aunque nadie sepa que la has llevado a cabo. O como, tras darte cuenta de que tu vida es una mierda, te propones corregir todos los errores cometidos en tu vida, porque crees que así nivelarás el karma. O como cuando piensas que si llegas a la curva antes que el coche, Manech todavía está vivo. O como cuando el 31 de agosto a las 4 de la mañana te sorprendes con tu propia idea de encontrar al propietario de una cajita de recuerdos, dondequiera que esté, y restituirle su tesoro. Y ya que estás, decides que si el mismo se conmueve al reencontrarse con la misma, dedicarás tu vida a ayudar a los demás. ¿Si no? Pues nada.
A cosas de ese estilo me refiero.
Pues bien, también resulta curiosa la manera de crear las cosas, de llevarlas a cabo. Y en concreto me refiero a este blog. De cómo titularlo, de cómo escoger su apariencia y, sobre todo, de cómo decidirte por una cosa u otra. De cómo empezarlo... en fin, de tantas y tantas cosas. Pues el detalle está en que después de haberlo creado y presentado, me decidí a visitar sitios que hacía mucho mucho tiempo que no visitaba, por diversos motivos. Y me refiero a webs, blogs y cosas de este estilo. Y llegando a uno en concreto, el cual quizá hacía como un año que no visitaba, me di cuenta que empezaba exactamente igual al mío en el título de la primera entrada. Me sorprendió un montón, pues no recordaba que comenzase así, pero estoy completamente seguro de que, en algún lugar de mi cerebro, estaba de una manea u otra almacenado ese comienzo, y de ahí que lo llevase a cabo.
Es por eso que a veces, las cosas que creemos que hacemos porque sí, no las hacemos porque sí del todo.

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